martes, 15 de febrero de 2011

Metalurgia Africana

Del centenar largo de elementos conocidos actualmente, por lo menos nueve se conocían ya en la antigüedad.

No se los reconocía en aquel momento como elementos (las diversas sustancias fundamentales que componen el universo a nivel atómico), pues los antiguos tenían sus propios conceptos, equivocados, sobre lo que es un elemento, pero eso no viene al caso. Hablaremos sobre los elementos según conceptos contemporáneos.


Siete de los primeros elementos conocidos eran metales. Se conocían porque da la casualidad de que existen en pequeñas cantidades, en forma elemental razonablemente pura, y porque esa forma elemental es fácilmente reconocible.

Es decir, que si alguien se encontraba con una pepita de oro, inmediatamente se daba cuenta de que era algo amarillo y brillante, con un aspecto diferente a los guijarros ordinarios. La pepita, aparte de su aspecto, era mucho más pesada que los demás guijarros del mismo tamaño y si se golpeaba con una hacha de piedra no se descascarillaba ni se astillaba, sólo se deformaba. No es extraño pues que, dada la belleza y manejabilidad del oro, se encuentren ornamentos de este metal en las cuevas prehistóricas de Egipto y Mesopotamia.

El oro se convirtió en algo preciado a causa de sus propiedades, y al ser uno de los elementos más raros, los descubrimientos eran escasos y por lo tanto dignos de tenerse en cuenta. Se buscaron también otras sustancias similares. La propia palabra «metal» procede de una palabra griega que significa «buscar».

La plata es quizá veinte veces más común que el oro, pero también es más activa químicamente, y por lo tanto es más probable que exista combinada con otros elementos en forma de «minerales». Estos minerales de plata carecen de propiedades metálicas y se parecen mucho a las rocas vulgares. Las pepitas de plata se descubrieron por tanto después que las pepitas de oro, pero se conocían ya en épocas prehistóricas.

Más tarde, cuando se aprendió a separar un metal de sus minerales, calentándolos en condiciones adecuadas, la plata se hizo más común que el oro.

El cobre es tal vez cuatrocientas cincuenta veces más común que la plata y nueve mil veces más común que el oro, y aunque es incluso más activo químicamente que cualquiera de los otros dos, puede encontrarse, sin demasiada dificultad, en su estado elemental. Es posible que el cobre se utilizara para ornamentos incluso antes que el oro.

Después de fundir el mineral de cobre, el cobre podía utilizarse, incluso en grandes cantidades, para fabricar herramientas y armas.

El hierro es uno de los elementos más comunes, más de mil veces más común que el cobre, pero es tan activo que en condiciones normales siempre se encuentra como mineral y no en su forma elemental. Es también mucho más difícil fundir mineral de hierro que fundir minerales de plata o de cobre. De hecho, no fue hasta 1500 a. J.C. que los hititas hallaron un método práctico para fundir el mineral de hierro.

Sin embargo, en ocasiones el hierro metálico cae del cielo en forma de meteorito y estos meteoritos permitieron conocer el hierro en su forma elemental incluso en épocas prehistóricas.

El plomo es sólo un tercio de común que el cobre, pero se obtiene con facilidad de su mineral. Al fundir minerales para conseguir la plata y el cobre deseados, cualquier mineral de plomo añadido casualmente a la mezcla produciría plomo.

El plomo es tan apagado y feo como lustroso y bello es el oro, de modo que si el oro era el «metal noble» por excelencia, el plomo era el «metal vil» por antonomasia.

Sin embargo el plomo tenía su valor. En primer lugar, era la sustancia más densa que conocían los antiguos, aparte del oro, de modo que si uno quería que un objeto fuera pequeño y pesado a la vez, y no podía permitirse utilizar oro, el mejor sustituto era el plomo. Por otro lado, el plomo era bastante blando y podía adoptar fácilmente la forma de tuberías para conducir agua. Estas sustituyeron finalmente a las tuberías de arcilla, que se rompían con facilidad.

El estaño se descubrió probablemente de forma indirecta. Los minerales de cobre que producían cobre relativamente puro daban un metal demasiado blando para utilizarlo en herramientas, armas y armaduras. Pero si se añadía otro mineral al mineral de cobre, el resultado era una aleación metálica mucho más dura que el propio cobre.

Esta mezcla se llamó «bronce» y el aditivo misterioso es el estaño metálico. Los héroes de la guerra de Troya tenían escudos de bronce, armaduras de bronce y puntas de espada de bronce. Vivían en la «edad de Bronce», que sucedió a la «edad de Piedra» y a la que seguiría la «edad de Hierro».

El estaño podía fundirse a partir de sus minerales y luego combinarse con el cobre para conseguir mejores proporciones de calidad y precio. Sin embargo la abundancia del estaño es sólo una quinceava parte de la del cobre, y las minas de estaño de la región del Mediterráneo se agotaron relativamente pronto. (Esta fue la primera desaparición de un recurso vital en la historia). Los fenicios se aventuraron después por el Atlántico para localizar mineral de estaño en las «islas del Estaño» (identificadas generalmente con Cornwall) y se enriquecieron con ello.

El mercurio fue el último de los metales antiguos en descubrirse, lo cual fue un logro muy notable, pues se trata de un líquido.

Además de estos siete metales, hay dos elementos no metálicos que existen, de modo muy perceptible, en su estado elemental. Uno de ellos es el azufre, que tiene un marcado color amarillo, pero que carece totalmente del bello lustre metálico del oro. Era inevitable que en la antigüedad la gente se encontrara con el azufre.

Lo más notable del azufre era que ardía, tal como debieron de notar por fuerza quienes intentaban encender una hoguera en las proximidades de cierta cantidad de azufre.

Todos los combustibles conocidos por los antiguos derivaban de cosas vivas: madera, aceites y otros. El azufre era la única sustancia sin conexión con la vida que ardía fácilmente, por lo que recibió, como en inglés, un nombre equivalente a «piedra ardiente»: «burnstone» o «brimstone».

La combustión del azufre es muy notable porque no sólo arde con una misteriosa llama azul, sino que también libera en el proceso un gas insoportable e irritante. Este hecho, combinado con la notable presencia de su irritante olor en las inmediaciones de volcanes activos, dio sin duda origen al concepto de un infierno subterráneo, donde no sólo ardía un fuego eterno, sino que para más incomodidad el azufre era el principal combustible (de aquí viene la expresión «fuego y azufre»).

Finalmente está el carbón. Cualquier hoguera encendida cerca de una roca o dentro de una cueva dejará un depósito de hollín sobre la roca, y este hollín es prácticamente carbón puro. Asimismo, si se quema una pila de madera cuando el acceso de aire está limitado, la madera del interior de la pila no se quema totalmente. Se deposita una sustancia negra, que, si se inflama en contacto libre con el aire, arderá con menos llama y con una temperatura considerablemente superior a la madera original. Esta sustancia negra es carbón de leña, y también es prácticamente carbón puro.

Es evidente que el hombre antiguo debió de conocer la existencia del hollín y del carbón de leña.

Además de estos nueve elementos, hay otros elementos más que debieron de haberse aislado por lo menos en la Edad Media, pero cuya historia inicial apenas conocemos hoy.

Por ejemplo, antes de que se utilizara la mezcla ordinaria de cobre y estaño que llamamos bronce, los primeros trabajadores del cobre habían descubierto que el mineral de cobre mezclado con otro tipo de mineral (no con mineral de estaño) también producía una aleación de cobre considerablemente más dura que el cobre puro.

Pero trabajar con este bronce primitivo era peligroso, y el índice de mortalidad entre quienes extraían el segundo mineral y lo mezclaban con mineral de cobre era elevado. Resulta que el segundo mineral era un mineral de arsénico, y cuando apareció el mineral de estaño, el mineral de arsénico, muy razonablemente, dejó de utilizarse.

Desde luego, descubrir y utilizar un mineral no es lo mismo que aislar el elemento que contiene. Sin embargo, cuando los seres humanos aprendieron a obtener, de sus respectivos minerales, metales como el cobre, el estaño, el plomo, el mercurio y el hierro, parecía razonable suponer que podría fundirse con éxito cualquier mineral cuyo elemento no estuviera fijado en él con demasiada fuerza.

Es razonable pensar en las primeras civilizaciones como en los primeros descubridores y explotadores de los elementos que existen en la naturaleza, y de este modo, en la construcción de las antiguas religiones quedó grabado el desarrollo tecnológico temprano de la humanidad.

Así, en las reglas africanas no es difícil encontrar relación entre las fuerzas elementales de la naturaleza y los principales elementos químicos, y esta constante se mantiene alrededor del mundo, un vestigio de esta situación puede ser rastreada fácilmente en cualquier libro de horóscopos que hable de los “metales planetarios”

Hay que tomar en consideración que estos metales, con el tiempo y por sus características, formaron parte de construcciones arquetipicas de personalidad. De este modo, los metales dejaron de ser solo rocas que se fundían y pasaron a ser representativas de facciones morales e intelectuales del hombre y por consiguiente de las deidades.

Ya habíamos enumerado en artículos anteriores, como gracias a las condiciones climáticas que predominaron en la ultima glaciación, los pueblos en África se vieron en ventaja con otras poblaciones lo que les condujo a llevar la delantera en este tipo de cosas, no pretendo decir que absolutamente toda nuestra cultura viene del África temprana, pero es importante dejar en claro que las herencias son muchas y en muchos casos insospechadas, y, si se miran las cosas objetivamente cosas, como la carga simbólica de la alquimia, descienden de los pueblos asentados en las tierras africanas hace unos cuantos miles de años.

A continuación, para señalar esta situación enumeraremos cada metal, mencionaremos sus características tanto simbólicas, y veremos como existe relación entre el simbolismo de los pueblos africanos y el simbolismo de pueblos posteriores como los griegos y los romanos…

Planeta Metal
Sol Oro
Luna Plata
Mercurio Mercurio
Venus Cobre
Marte Hierro
Júpiter Estaño
Saturno Plomo

El sol

El sol es el regidor y rey de todo lo que existe en el sistema solar, la vida depende de el y los antiguos pueblos del África lo sabían, ellos dan a esta fracción de la naturaleza Olorun (dueño del sol), nótese el parentesco que existe con otras deidades solares homologas de pueblos posteriores que serian conocidos como cuna de la humanidad como por ejemplo Ra, en el antiguo Egipto o Apolo en la antigua Grecia…

La luna

La luna es representativa de belleza, riqueza, maternidad y sabiduría, en Egipto es representada por Isis, aún en el cristianismo se habla de una mujer parada sobre la luna, representativa de estas cosas, sin embargo por sus características, y su simbolismo en el África, se ofrenda el metal de la plata a Yemoja que casualmente también es una figura femenina que representa estas cosas.

El mercurio

El mercurio por sus características físicas (es fluido) a diferencia de los otros metales, se mueve con facilidad, esto no implica que sea menos importante que los otros, por el contrario, tiende a ser muy denso y pesado.
Esta clase de cosas promovieron que en las antiguas civilizaciones existieran deidades intermediarias entre la divinidad y el hombre, el ejemplo mas claro es Hermes, también conocido como mercurio en la mitología griega, o más cristianamente hablando existen los ángeles que cumplen esta misma función, sin embargo, miles de años antes de que existiera este simbolismo entre esos pueblos, en el África ya se hablaba de el Orisa Esu, que cumple con esa misma función y que habla por todos.



Venus

Venus es considerado por el occidente como la facción del amor y del deseo, representa esa parte generadora y vivificadora de la naturaleza, y ha sido inmortalizada en la diosa griega con el mismo nombre, incluso su símbolo, se conserva para indicar feminidad, alrededor del mundo imágenes femeninas representativas de esto, son fácilmente reconocibles alrededor del mundo. En el mundo cristiano este simbolismo existe pero bajo el nombre de Lucifer (la estrella de la mañana) en sus facciones mitad animales y mitad humanas se distingue también ese simbolismo natural, primario y salvaje. En el África existe hace miles de años, bajo el nombre de Osun, y se asocia con todo lo relacionado con el cobre, que como ya dijimos al principio bien pudo ser el primer material ornamental trabajado por el hombre ademas de la piedra por supuesto

Marte

La guerra se asocia a este metal y este planeta porque este metal representó un avance tecnológico sin precedentes en la guerra y en la caza, en el mundo occidental esta situación esta retratada en dioses de guerra como el dios Marte, aunque en África existe otra versión que curiosamente es representado por este mismo metal, aunque aquí podemos notar como esta deidad es doble, por un lado, para pueblos no bélicos como los yoruba representa únicamente la caza, como es el caso de Ogun, sin embargo en pueblos bélicos como los Bantúes, el hierro, asociado con las armas y la guerra muchas veces se relaciona con zarabanda.

Júpiter

El estaño fue lo que convirtió a las herramientas débiles en fuerte bronce, por lo que en occidente este metal fue asociado a Júpiter, que representa esa misma sabiduría natural, aunque el descubrimiento del estaño y naturalmente de Júpiter tuvo lugar mucho después de la fundación de los pueblos del África temprana, notamos aquí cierto parecido entre el dios Júpiter y el Orunmila de los Nigerianos, y como estos, son equiparables entre sí, y más aun, este simbolismo existe en el cristianismo como el espíritu santo, representativo a su vez de esa sabiduría divina.


Saturno

Saturno contrario a lo que la mayoría de la gente piensa, no es un dios cruel ni tempestuoso, de hecho es el dios de la agricultura por las características de esta labor (sobria y lenta) es por la que se le asigno el metal de plomo. Sin duda, esta misma facción natural es representada en el África temprana por Orishaoko, cuya característica distintiva es la seriedad y la castidad.

De este modo, podemos notar como las estrellas, la tierra y los modestos metales le han dado vida y sentido no solo a nuestra tecnología sino también a nuestra espiritualidad, cultura y creencias


Awo Agbakiyegun Inmolorogun
Oloye ni Ijo Inmolorogun
Director Fundador del Instituto Ifa Ela de Educacion Yoruba

1 comentario:

  1. Mil gracias por el aporte manito!!! Ahora entiendo que la sabiduría y el espíritu fortalecen el amor!!!! =)

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